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Los vehículos aéreos no tripulados, o drones, forman parte del nutrido elenco de tecnologías que han nacido en la industria militar y que con el paso del tiempo se han implantado en vida cotidiana, como por ejemplo sucedió con Internet.

Existe diversidad de opiniones sobre los primeros pasos de este tipo de aeronaves, aunque sus primeras aplicaciones constatadas fueron en plena Primera Guerra Mundial. Un siglo después los drones han evolucionado y se combinan con otras tecnologías para la investigación, comercio u ocio.

La empresa Althenia, junto con la Universidad de Málaga, la empresa Nadir, especializada en Geomática, y la Corporación Tecnológica de Andalucía, han iniciado este año un Estudio de Viabilidad Técnica que propone el uso de drones para la conservación de parques y jardines.

 

El proyecto, titulado UAV-Green, combina cámaras de imagen térmica,  sensores multiespectrales y programas informáticos con los drones para  generar mapas temáticos que permiten estudiar la cantidad de agua contenida en un terreno, el estado de la vegetación o la existencia de enfermedades. Así se detecta la existencia de una plaga o el estrés hídrico antes de que el ojo humano lo perciba.

La aplicación de la tecnología de manera responsable en beneficio de la sociedad repercute en la mejora de la calidad de vida y en la optimización de los recursos, como en este caso, que el uso de los drones supone en principio un ahorro e implica un servicio más completo, rápido y eficiente.

La conservación de las ciudades mediante el mantenimiento y preservación de los entornos urbanos es una necesidad que se manifiesta en la actualidad en cualquier parte del mundo. La compañía Sando, a través de su empresa especializada en conservación –Conacon- y con financiación de Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA), ha llevado a cabo un estudio de viabilidad técnica, denominado GENESI, para desarrollar esta tarea sin dejar huella en el ecosistema.

El proyecto GENESI, “Utilización de grupo electrógeno silencioso y no contaminante en obras de conservación en entornos urbanos”, ha estudiado las necesidades energéticas de la maquinaria empleada en conservación urbana y las alternativas para implantar grupos electrógenos propios sin carburantes fósiles.

Durante los seis meses que ha durado el proyecto se han evaluado los distintos tipos de baterías existentes en el mercado, atendiendo a sus características de densidad energética, autonomía, tamaño, peso y materiales, como las de litio con cobalto, titanio, o litio de polímero, entre otras.

El proyecto ha demostrado que un grupo eléctrico silencioso produciría menor impacto ambiental al eliminar el ruido y las emisiones de gases contaminantes, reduciría el riesgo de incendio y explosión, se podría usar en ambientes cerrados, permitiría un ahorro energético de costes y su empleo ante cualquier tipo de condiciones climáticas.

Desde un punto de vista medioambiental, empleando la tecnología propuesta se dejarían de emitir aproximadamente 2.760 Kg de CO2 a la atmósfera por cada grupo convencional. En un servicio de conservación con tres equipos la reducción alcanzaría los 8.280 kg CO2 al año.

La empresa busca así una forma de diferenciarse en el sector a través de la tecnología, de la aplicación de la innovación a los procesos de trabajo y de poder ofrecerles a sus clientes una ventaja competitiva que repercute en el bienestar de los ciudadanos.

Diseñar y construir smart buildings. Este fue el motivo que empujó a un consorcio de empresas, liderado por la constructora Sando, para iniciar en 2012 el proyecto IESEI (Investigación sobre Edificación Sismoresistente, Energéticamente Eficiente e Inteligente en su Ciclo de Vida). El resultado es el desarrollo de un sistema de construcción integral que incorpora, por un lado, un sistema de ejecución altamente industrializado gracias a la utilización de paneles prefabricados de hormigón y, por otro, un paquete  de herramientas TIC que facilitarán a los agentes intervinientes las actividades propias de las fases de diseño, construcción y explotación del edificio.

Este proyecto, ubicado dentro del programa INNTERCONECTA, tenía como primer objetivo diseñar un sistema de paneles prefabricados de hormigón con capacidad sismorresistente y cuyo ensamblaje, realizado en su totalidad mediante uniones secas, diera lugar a estructuras portantes capaces de soportar no sólo el peso de un edificio de hasta siete plantas, sino también las solicitaciones dinámicas que se producen durante un movimiento sísmico del terreno sobre el que se asientan. Se trata de paneles de hormigón armado de 20 cm de canto y de hasta 8 metros de longitud cuya ejecución se lleva a cabo en plantas de producción en serie para alcanzar un alto grado de industrialización.

Junto al diseño de los paneles, el siguiente paso consistía en crear un sistema edificatorio que permitiera una construcción rápida, fácil, económica, que proporcionara flexibilidad de adaptación a la parcela para diferentes usos y diseños, y que fuera resistente a movimientos sísmicos de hasta 6,5 en la escala Richter. Además, el modelo edificatorio debía cumplir con las máximas exigencias de sostenibilidad y de ahorro energético, para lo cual se han integrado en el diseño tanto medidas de arquitectura pasiva, como sistemas de captación de energía solar.

Para la validación estructural del sistema se han realizado pruebas computacionales mediante programas de cálculo de estructuras, modelizando un edificio residencial de siete plantas y analizando su comportamiento ante la acción combinada de cargas estáticas y de solicitaciones dinámicas, dando como resultado que el sistema diseñado resiste satisfactoriamente estos esfuerzos. Para reforzar estos resultados, se han llevado a cabo una serie de ensayos sobre modelos de paneles a escala real. En primer lugar, se han obtenido los modos de fallo frente a cargas estáticas en el laboratorio de estructuras del Instituto Eduardo Torroja. En segundo lugar, se ha ensayado en la mesa sísmica del laboratorio de estructuras del CEDEX un pórtico con dos niveles de forjado, sometiéndolo a cargas dinámicas similares a las que experimentaría durante un terremoto.

La otra gran vertiente abordada en el proyecto es la de las TIC a través varios programas informáticos:

La aplicación informática CALENSIS permite obtener, a partir de unos datos de entrada y de forma prácticamente simultánea, la certificación energética y la calificación sismorresistente de un edificio. Actualmente existen en el mercado numerosos programas informáticos que califican la eficiencia energética de los edificios, sobre todo a raíz de la obligatoriedad de presentar esta certificación en las operaciones de compraventa y de arrendamiento de viviendas. Sin embargo, no se conocía ninguno que fuese capaz de determinar el desempeño sismorresistente de un edificio, a pesar de la trascendencia que tiene. El programa CALENSIS representa una herramienta de gran utilidad durante la fase de diseño del edificio, pues permite adoptar medidas de eficiencia y ahorro energético y medidas de seguridad estructural frente a defectos detectados.

Dentro del proyecto IESEI se ha desarrollado otro software para optimizar el proceso constructivo mediante una aplicación capaz de gestionar toda la documentación generada durante el transcurso de una obra, (proyecto de ejecución, trazabilidad, planos, calidad, documentos administrativos,…) y que la hace accesible de forma segura a través de ordenadores o bien desde dispositivos móviles tipo tablet o Smartphone, siempre que cuenten con conexión a internet. La aplicación organiza toda la documentación de la obra permitiendo adaptarla a las necesidades de cada proyecto en particular mediante una batería de plantillas que pueden ser modificables. Ofrece la opción de realizar la gestión completa de la documentación de múltiple obras.

Para la fase de explotación del edificio también se ha desarrollado otro software que permitirá gestionar, controlar y actualizar de forma segura y eficiente toda la documentación que debe recoger el libro del edificio, de ahí que se haya denominado “Libro Digital del Edificio”. Esta aplicación es capaz de gestionar toda la documentación del edificio generada a lo largo de su vida útil y mantenerla siempre centralizada, actualizada, organizada y accesible desde ordenadores y dispositivos móviles. En esta aplicación quedarán incorporados documentos tales como el proyecto, el acta de recepción, una relación de los agentes intervinientes en el proceso de construcción, las instrucciones de mantenimiento del edificio y sus operaciones programadas, documentación correspondiente a reparaciones, reformas, seguros, certificado de eficiencia energética, inspecciones, etc.

 

Por último, los Smart buildings incorporan un sistema de monitorización sísmica del edificio que registra las aceleraciones sísmicas alcanzadas durante un terremoto. El sistema de monitorización consta de unos nodos sensores que, estratégicamente colocados en distintos puntos de la estructura (por ejemplo, en las zonas en las que se esperan mayores desplazamientos y en las que se alcanzarán los mayores esfuerzos), leerán de forma sincronizada los valores de aceleración alcanzados en cada punto monitorizado durante un evento sísmico.

Las lecturas realizadas por los nodos sensores son transmitidas a un nodo central que es el encargado de registrarlas y de evaluarlas para determinar si el edificio ha superado su umbral sismorresistente. Todos los eventos registrados por el nodo central son a su vez comunicados al Libro Digital del Edificio para que en él también quede un registro histórico de los fenómenos sísmicos a los que ha sido sometido el edificio a lo largo de su vida útil. Toda la información se publica en Open Data, por lo que es susceptible de ser compartida con organizaciones a las que les sea de interés hacerse con ella: Red Sísmica Nacional, Protección Civil, Bomberos, Policía, etc.

Si este sistema de monitorización se llegara a estandarizar, las ciudades funcionarían como grandes redes de captación de datos sismológicos con las que se podría estudiar al detalle el comportamiento de los edificios.

El proyecto IESEI ha sido llevado a cabo por un consorcio de empresas andaluzas: Sando, Construcciones Vera, Ielco y Mesurex Aeronautics. Para ello, han contado con la valiosa colaboración de los centros tecnológicos Habitec y Citic y con el grupo investigador HUM064, de la Escuela de Arquitectura de Málaga. Además, en las distintas actividades del proyecto también han colaborado el Colegio de Arquitectos de Málaga, el CEDEX y el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja.

La Unión Europea ha decidido celebrar durante esta semana los “Días de la Energía”, es decir, aglutinar en un corto periodo de tiempo centenares de eventos en los países europeos en los que se conciencie sobre las virtudes del uso de la energía sostenible. La iniciativa se enclava dentro de la Semana de la Energía Sostenible, del 23 al 27 de junio, y pretende influir en los diferentes grupos de interés.

En la Web de Sustaniable Energy Week se encuentra el calendario de actividades en los distintos países de Europa, como las Jornadas ERMA 2014, «Experiencias profesionales en Energías Renovables», que se celebrarán mañana en Madrid.

Resulta muy positivo que cada uno se conciencie de la necesidad y de los beneficios del empleo de las energías sostenibles, aunque si los gobiernos y las empresas no ponen de su parte, será muy difícil que se produzcan cambios sustanciales.

Por este motivo, durante la Sustaniable Energy Week se celebrará desde mañana una Conferencia Política de Alto Nivel en Bruselas que intentará que los países inviertan en fuentes de energía no contaminantes y fomenten la creación de smart cities, políticas de concienciación ciudadana o en la eficiencia en las construcciones.

Uno de los aspectos más interesantes será la entrega de los premios The Sustainable Energy Europe & ManagEnergy Awards en los que se han presentado 342 proyectos y cuyo ganador se conocerá mañana por la tarde. Merece la pena ver las ideas que se presentan a concurso y aprender de la genialidad de los demás.

Uno de los proyectos finalistas españoles se denomina “Andalucía A+ Ahorrar en casa” y ha sido presentado por la Agencia Andaluza del Agua. Andalucía A+ pretende mejorar las condiciones de vida en los hogares fomentando el uso de sistemas domésticos de energía renovable e incrementar el empleo de vehículos híbridos y eléctricos, entre otros objetivos.

Sustaniable Energy Week, una semana para concienciar y todo un año para ponerlo en práctica.

A nadie se le escapa que los vehículos que funcionan con combustibles fósiles contaminan, si bien es cierto que existen los híbridos y los eléctricos que cada vez se están comercializando mejor, aunque todavía representan a una minoría en el mercado.  También es obvio que en numerosas ocasiones resulta inviable el uso del transporte público, punto en el que las sociedades desarrolladas y responsables todavía tienen un amplio margen para evolucionar.

ECarpoolingntonces, si cada día vamos a trabajar, o cada fin de semana nos desplazamos a la ciudad o al pueblo para ver a la familia o, por qué no, si nos vamos de vacaciones y usamos el coche, ¿no será más lógico que lo compartamos y que cada uno contamine menos?

Pues así es como piensan los usuarios de las comunidades Webs del tipo de Amovens o BlaBlaCar que conectan a conductores con asientos vacíos con pasajeros que buscan viaje. La comunidad de BlaBlaCar tiene más de cinco millones de usuarios y transporta una media de 700.000 viajeros al mes, según indican en su Web.

Hace tres años nos hicimos eco de esta iniciativa en España y publicamos un artículo sobre el Carpooling, como se le conoce internacionalmente.  En este periodo han crecido el número de Webs dedicadas a este servicio y las garantías que ofrecen en cuanto a seguridad para ambas partes. Por ejemplo, Amovens incorpora en las fichas el modelo de coche y la matrícula para evitar confusiones. Existen otras comunidades como Compartir o Carpooling que también ofrecen servicios similares.

Ahora que ya los conoces, ¿quieres contribuir al medio ambiente, ahorrar y conocer gente?

A mediados de abril se publicó el Real Decreto 235/2013 por el que se aprueba el procedimiento básico para la certificación de la eficiencia energética de los edificios, o dicho de otra manera, que desde el 1 de junio todas las viviendas en venta o en alquiler deben disponer de un certificado de eficiencia energética para poder ser arrendadas.

La nueva normativa se hace eco de la directiva 2010/31/UE  del Parlamento Europeo y del Consejo del 19 de mayo de 2010, de obligado cumplimiento. Los requisitos mínimos de eficiencia energética de los edificios no se incluyen en este real decreto, ya que se establecen a través del Código Técnico de la Edificación, que es el marco normativo que regula las exigencias que deben cumplir los edificios en relación con los requisitos básicos de seguridad y habitabilidad.

imagenes_CertificacionLogo3La medida, desde el punto de vista medioambiental, incentivará la promoción de edificios de alta eficiencia energética y las inversiones en ahorro de energía. Las emisiones de CO2 se controlarán también en esta certificación, ya que, los edificios obtendrán una calificación en función de su ratio de emisiones. Sin embargo, existe una controversia en la sociedad a cerca del gasto adicional que supone para los propietarios de las viviendas.

Uno de los aspectos más interesantes del decreto lo constituye el concepto de edificios de consumo de energía ‘casi nulo’ que recoge la disposición adicional segunda del citado decreto: “Todos los edificios nuevos que se construyan a partir del 31 de diciembre de 2020 serán edificios de consumo de energía casi nulo (…) Todos los edificios nuevos cuya construcción se inicie a partir del 31 de diciembre de 2018 que vayan a estar ocupados y sean de titularidad pública, serán edificios de consumo de energía casi nulo”.

Esperemos que para 2020, como fija el decreto, la eficiencia energética sea una realidad y se tienda hacia la autosuficiencia en cada edificio.

Al principio todos estamos concienciados y aplicados en las tareas de ahorro energético en los hogares o la oficina, pero llega un momento en el que se olvidan. Por este motivo la instalación y adecuación de los edificios debe ser más eficiente.

 

Este proceso comienza en el diseño y construcción de edificios, con la utilización de materiales como aislantes, ventanas con sistemas de climatización o la implantación de paneles solares, entre otros. Emplear esta tecnología se   conoce como arquitectura sostenible, en la que se cuidan minuciosamente todos los procesos para intentar aprovechar al máximo desde los materiales utilizados hasta la ubicación, la posición de las ventanas para que reciban más luz en el interior o el reciclaje de residuos.

Después llega nuestra labor. La instalación de bombillas de bajo consumo, luces fluorescentes en lugar de incandescentes, programación de aparatos eléctricos, temperaturas constantes, etc. En definitiva, nuestra forma de colaborar con el ahorro energético, que supondrá un beneficio para el medio ambiente y para el bolsillo.

Muchas de las buenas prácticas las recoge la Guía de ahorro energético en edificios de viviendas publicada por la empresa Schneider Electric.

Además, esta empresa, también ofrece un Asistente Interactivo de Cálculo de Ahorro Energético en su edificio, en el que introduciendo algunos datos se puede obtener un informe.

Por otro lado, os dejamos la ‘Guía Práctica de la Energía. Consumo eficiente y responsable’, realizada por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).