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La semana pasada, a raíz de las palabras de Pedro Ortún (director general de Empresa e Industria de la Comisión Europea) en las Jornadas de Corresponsables, anunciando que la Unión Europea realizará una serie de encuestas y debates  a ciudadanos con el objetivo de evaluar sus conocimientos para poder “incrementar el número empresas responsables en Europa y que trasladen la RSE a proveedores”, os propusimos una encuesta para conocer qué concepto existe en la sociedad sobre la función de la responsabilidad social en la labor empresarial

Las respuestas han sido las siguientes:

¿Conoce groso modo la labor vital de la RSC? EL 75% de los encuestados a respondido que sí.

¿Cree que tiene futuro? También el 97% de los encuestados han contestado que sí ve futuro a la RS.

¿La ve como un gran desconocido? El 67% ha respondido que no.

¿A qué concepto cree que se orienta la responsabilidad social? La opinión está dividida. El 48% cree que la RS se orienta a ‘Mejorar, facilitar y hacer que crezca la vida de las personas de su entorno’,  y  el otro 52% piensa que ‘Busca beneficio empresarial y mejora la calidad de vida de su entorno’.

¿La ve en su empresa? El 69% sí la ve.

¿Le parece imprescindible la función de responsabilidad social en una empresa? El 75% sí le parece imprescindible y el 25% imprescindible no, pero sí necesaria.

En conclusión, los resultados indican que los encuestados conocen algo y ven cierta importancia a la función de la responsabilidad social, imprescindible y necesaria para el desarrollo empresarial y con perspectivas de futuro.

El 69% la ve funcionar en su empresa, un porcentaje bajo. Y todos la conceptualizan en beneficio de las personas y su entorno y ninguno lo ve como beneficio empresarial.

Parece que estamos en el camino correcto. Tenemos que seguir luchando para que cada vez seamos más, porque la RSC es compromiso y beneficio de todos.

 


En el mundo de la ‘responsabilidad social’ hay muchos protagonistas que hacen que cada día sea más importante, haya más preocupación y se creen más compromisos sociales.

Somos muchos ya los que apostamos por unos objetivos éticos, la preocupación por la sostenibilidad y, al fin y al cabo, por crear una actitud.

En las últimas décadas las mujeres han ido posicionándose en todos los ámbitos del mundo laboral, algo que parecía inadmisible para nuestras abuelas, alcanzando un escalafón en el mercado prácticamente igual al de los hombres. Puestos directivos, de investigación, de enseñanza… y también en torno a la Responsabilidad Individual (RI), Responsabilidad Ciudadana (RC), Responsabilidad Social Empresarial o Corporativa (RSE/C), Inversión Socialmente Responsable (IRS)… todos ellos en sus diferentes ámbitos de implicación hoy tienen cara, nombre y apellidos de mujer

Seleccionamos a 3 mujeres de tantas y tantas que dedican su vida a la responsabilidad social, la ética, la igualdad…  para mejorar con su grano de arena el entorno en que vivimos:

Ana Maria Castillo-Clavero, es docente, investigadora y consultora en responsabilidad social desde 1980 y Presidenta de ADRO -Asociación para la Dirección Responsable de las Organizaciones-  (entre otros puestos).

Clara Bazán, directora de Responsabilidad Social de Mapfre

Marta Rey García, directora de la cátedra Inditex de RS de la UDC

Desde Pensando en RSC felicitamos a todas las personas que se ocupan y preocupan por la Responsabilidad social en todos sus ámbitos y, hoy especialmente, felicitamos a las ‘mujeres RS’.


 

Normalmente, para hacer propósitos de año nuevo se echa un vistazo atrás, para valorar lo sucedido y poder plantear proyectos que lo mejoren.

Revisando nuestro blog, hacemos memoria de los acontecimientos e innovaciones que han acontecido en torno a la responsabilidad social, el impulso e implicación de las empresas, medio ambiente y sociedad en general.

Hemos conocido “De dónde surge la RS”, algunos de sus objetivos, su especial implicación con los discapacitados, cómo ha ganado importancia en las empresas, su preocupación por el medio ambiente o cómo las tecnologías se unen a la idea de ‘ser responsables’.

Haciendo balance, nos proponemos seguir incentivando el conocimiento, difundiendo las labores a las que merece la pena darle voz, aportando nuestro granito de arena y haciendo de la RSC, RSI, ISR, RSCI y la Autoresponsabilidad, compendios fundamentales e innovadores que formen parte de nuestra rutina. Que lo extraño sea no ser responsable.

Ya sabemos que la Responsabilidad Social Corporativa es el compromiso creado por  las instituciones con la sociedad y el medio ambiente. Dicho así, parece que el compromiso social es sólo cosa de las empresas, pero no. Es en estas fechas cuando todos nos volvemos más sensibles con la sociedad: hacemos donativos a asociaciones, los niños regalan sus juguetes usados a los niños menos favorecidos, colaboramos en diversas campañas de recogida de alimentos, etc. Es algo que forma parte del concepto de Navidad que nos ha inculcado la sociedad.

Desde Pensando en RSC (Fundación Sando) apostamos por la cultura ciudadana, por una “autoresponsabilidad social”. Esto quiere decir que la implicación personal, con y hacia los demás, debe estar permanente y patente en nuestro entorno. Aprender a ponernos en el lugar del otro los 365 días del año, y ahora más que nunca.

Este planteamiento no sólo consiste en echar una mano a personas que nos puedan necesitar, sino también ayudando a reciclar, reutilizar, mantener limpias las ciudades, evitar vertidos, intercambiar elementos que ya no necesitamos, compartir transporte…y millones de propuestas más que pueden hacer que la cultura ciudadana cambie y que lo extraño sea no hacer ninguna de estas cosas.

Ya hay muchas empresas que se encargan de fomentar la autoresponsabilidad: empresas que ponen en contracto personas para compartir coche como Amovens;  empresas como Segundamanita que ponen en contacto a padres para intercambiar cosas que sus hijos ya no necesitan y pedir otras les puedan ser útiles; o ideas como la de TerraCycle cuya finalidad es crear sistemas nacionales de reciclaje para los materiales que hasta ahora no son reciclables…y así muchas más.

No sólo en Navidad hay necesidad, así que, ¡os animamos a pongáis en práctica la autoresponsabilidad social!

¡¡Feliz Navidad!!

Ya a principios del siglo XX se veía cómo expertos en comunicación dejaban el papel de persuasores para ayudar al buen entendimiento de la sociedad, sobre todo con las empresas. Personajes como Ivy Lee o Eduard Bernays fomentaron este enfoque social ayudando a establecer relaciones de interés recíproco, promoviendo las relaciones mutuamente beneficiosas entre la sociedad y la empresa. Así, sin darnos cuenta, se  comienza a perfilar la RSC.

Le definición que hace la Comisión Europea es la siguiente: “La RSC se entiende como la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores.”

Ética, confianza y  transparencia son las bases que debería tener cualquier enditad con la sociedad. Hace ya 46 años fue aprobado el Código Atenas por la CERP (primera asociación europea de relaciones públicas), presidida por Lucien Matrat en Grecia. Este código establece las bases éticas que deberán establecerse entre las relaciones públicas y sus públicos. Otro ejemplo de cómo la historia ha ido asentando las bases para la creación de la RSC.

Hoy día la responsabilidad social es un elemento constitutivo fundamental de la cultura corporativa o empresarial, ya no sólo se trata de “cumplir” con la empresa o alcanzar los objetivos de marketing.

A raíz de esta nueva forma de relacionarse, además de la RSC, han surgido otras como son, la responsabilidad social con el ciudadano (RSCI), inversión socialmente responsable (ISR), responsabilidad social individual (RSI). Todas en beneficio del entorno y las personas.

En resumen, ser socialmente responsable es un compromiso que se adquiere con la sociedad, el planteamiento de unos objetivos éticos, la preocupación por el medio ambiente y, al fin y al cabo, una actitud.

 

La Responsabilidad Social Corporativa o Empresarial está cada vez más implantada en el entorno en que vivimos, pero ¿qué hacemos para incentivarla a título personal? Empezamos a escuchar hablar de la Responsabilidad Social Individual (RSI).

Si lo pensamos detenidamente, la RSI es la base de la RSC, o al menos, la segunda no debería existir sin la primera. La buena actitud y predisposición de las personas con su entorno, tanto físico como social, es lo que hace posible que como trabajadores y directivos asuman el compromiso con la sociedad que demanda la RSC. En otras palabras, si sabemos y practicamos la responsabilidad social y medioambiental en nuestra vida diaria y además la transmitimos a otras personas seremos capaces de asumir mejores prácticas empresariales, ya sea desde la base como desde la Dirección.

Pero, ¿qué pautas indican la RSI? Cuestiones como la solidaridad, fomentar hábitos saludables y preventivos, el trato hacia los demás y hacia el medio ambiente o la educación en la tolerancia fomentan los compromisos de cada uno con la sociedad.

Por todo ello os lanzamos una pregunta:


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